viernes, 27 de marzo de 2020
Berlín poema de Juan Carlos Mestre
BERLÍN
Año tras año, cada domingo, hacia mediados de enero
la dialéctica de la espontaneidad se reúne en Berlín con Rosa
Luxemburgo.
Acuden los líderes de los pantanos, cantan el himno de los arillos
en la orejas.Han venido los pájaros de Walter Benjamin
a ser definitivamente entendidos este domingo de mediados
de enero.
Gloria a los escarnecidos, gloria a los elevados por las madres
que sostuvieron el sencillo universo de la lucha de clases.
Rosa Luxemburgo, vestido de negro y subida a un cajón de madera
habla con vehemencia al cordero y al lobo : No más créditos
a la guerra,
no más hechicerías de patria al evangelio de los desesperados.
Año tras año, cada domingo, ángeles envejecidos caídos
del infierno
Custodian a los inválidos y a los niños de las negaciones.
Han echado arenques envenenados en el asilo, el orden reina
en Berlín.
¿Queda abolida la pena de muerte?
Dicen que hay cadáveres que hablan más alto que las trompetas.
Y los patinadores recogen su cerebro despedazado por un culatazo.
Juan Carlos Mestre del libro La bicicleta del panadero
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Qué bueno, qué bueno, qué bueno.
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