sábado, 28 de noviembre de 2015

Nueva York

                                                            Nueva York Noviembre 2015
                                                Cruzando el Puente de Brooklyn
                                      Hotel donde Rosamel del Valle solía tomar el aperitivo




                                                            En la Biblioteca Pública





jueves, 26 de noviembre de 2015

Le Flâneur, Rosamel del valle, Crónicas de Nueva York



Mestre en Harlem, Noviembre 2015

"Lo mismo sucede con el Harlem."No vaya usted a Harlem", le decían algunos escritores americanos a Simone de Beauvoir, la novelista francesa,en su reciente visita a Nueva York."Corre el riego de ser molestada por los negros". Sin embargo, ella fue una noche a Harlem, lo recorrió de punta a cabo, entró en los cabarets donde reina el auténtico jazz y si de algo tiene que quejarse - declara en un artículo - es que los negros ni siquiera  hayan detenido los ojos en el color bastante rubio de su pelo. Al contrario, dice, fue objeto de ciertas gentilezas que sin duda no reciben muy a menudo los americanos que van por allí en son de batalla.

                                                                  Rosamel del Valle Crónicas de Nueva York

lunes, 23 de noviembre de 2015

Poema La metamorfosis de Ibzni Alahuá



                                Estas manos que ahora me ofrecen collares, coral ensartado en cuero,
                                estas manos con cuentas de cristal pulido,
                                gotas de sal azul y sangre de paloma, esos lagartos verdes
                                de malaquita, de ganas de llorar, de que hago yo aquí en Berlín
                                comprando lo que solo un dios puede vender, escarabajos de
                                obsidiana vivos, caracoles blancos del Mar Muerto.
                                Estas manos con sortijas de cobre, esos dedos de araña sagrada,
                                domaron caballos en Asia, llenaron un cántaro en el Eufrates,
                                guiaron caravanas nómadas por el vastos territorio de la noche.
                                Estas manos de Berlín, las manos de un hombre que está solo,
                                construyeron  templos, dieron agua del Tigris a los camellos,
                                   ordeñaron cabras.
                                El padre del padre de este hombre nació en Tiro, el abuelo
                                del padre del padre de este hombre cultivó trigo en Palestina,
                                intercambió pan por aceite a los hebreos, plata por alcohol a los fenicios.
                                Estas manos del descendiente asirio que habló con las estrellas,
                                este primo de Abraham que sobrevivió a la zarza, al Corán, al humo,
                                este emigrante sin papeles, el bello ilegal tras el mostrador del aire,
                                el remoto nieto de los que promulgaron las primeras leyes,
                                el código de Hammurabi, la antigüedad de las estelas de los astros,
                                el derecho que tiene a brillar cualquier hombre.
                                Las manos de ese hombre que me ofrece un collar de cedro,
                                un alfiler con pez, unos pendientes con la estrella fugaz de los desiertos,
                                el árabe en la pensión del árabe, el hombre del bigote negro,
                                el hombre de los ojos negros bajo el cielo negro de Berlín.

                                                          Alexandra Domínguez libro La conquista del aire 2000

sábado, 21 de noviembre de 2015

Mestre Le Flâneur


                                            Nueva York Noviembre 2015, Trinity Church



HUMO


Estoy en Nueva York y como acostumbran a decir las bocas de colores de los peces chinos, ya están los tulipanes abiertos.


En Lexington Flower Shop he comprado quince dólares de nomeolvides para llevarle a Robert Fulton, enterrado en el cementerio de la Trinity Church.


Casi llegando al final de Broadway, con una bolsa de papel marrón colmada de recuerdos imborrables y pipas de calabaza para Robert Fulton.


Aquí también viene a hacer picnic Jean-Michel Basquiat. Trae un sándwich de atún y un refresco de zarzaparrilla. Se sienta en cualquier piedrecita de la consolación a liarse la cabeza con incendios forestales fuera de control y otros garabatos yorubas que dan vueltas a piñón fijo alrededor de los ancestros.


Solo un poco más allá en el club de la competencia, Mano Dura firma acuerdos devastadores con algún gobierno más que muy favorablemente convencido de las ventajas del expolio capitalista.


Aparte de a traerle unas flores a Robert Fulton, la verdad es que dudé entre siemprevivas o nomeolvides, no sé a qué otra cosa he venido yo aquí, incrustado como la tapa de un bolígrafo entre los que andan a guantazo limpio por las aceras.


Los blancos son sombríos como paracaídas que ya han hecho la gracia de aterrizar ante las narices del gobernador del Estado. Los negros pasan en patinete a una velocidad de vértigo.


Mi tiempo no es de este mundo y bajo el cementerio de la Trinity Church, dicen los ancianos que llevan mucho tiempo en la maleta, las plantaciones de algodón han comenzado a echar nuevos brotes para las heridas de la próxima guerra.


Y yo aquí, en el cementerio de los anglicanos, empequeñecido por no haber cometido todavía ningún desaguisado que requiera la atención pública, con quince dólares de primavera en una mano y una bolsa de papel marrón llena de recuerdos imborrables y pipas de calabaza para Robert Fulton en la otra.


No hay nada como ser versátiles le comento a Basquiat, mientras un mendigo nos ofrece un pedazo de su pizza de rúcula, demasiadas barcazas y submarinos a hélice, efectivamente, efectivamente.


Cualquier monstruo tiene ahora autoridad sobre las palomas de siete patas que picotean la sabiduría de los champiñones discretos entre las tumbas del cementerio de Wall Street


Y le dejo los nomeolvides al simple ingeniero Robert Fulton, un estafador entre muchos, pero —las cosas como son, añade aquí el poeta—, inventor de la chamusquina y el inocente humo de los barcos.

Juan Carlos Mestre de su libro La bicicleta del panadero


El término Flâneur se refiere al explorador urbano, observador atento y cabal, que se mezcla con el gentío, abierto a la vida de la ciudad. Es un personaje que se hace popular en la Francia del siglo XIX. Walter Benjamin describía al flâneur como figura esencial del moderno espectador urbano, considerando a Charles Baudelaire uno de sus mejores representantes. El poema Humo de Juan Carlos Mestre surge en una visita de Mestre hace unos años a Nueva York.Se encuentra con la Trinity Church, en su cementerio está el ingeniero Roberto Fulton, que inventó la máquina a vapor. Esto generó enormes beneficios a la economía, sin embargo el ingeniero murió en la pobreza. Contradicciones de la historia, la Trinity Church es un remanso de paz y silencio, humilde ahora rodeada por los enormes rascacielos que encarnan la riqueza de la ciudad.






Biografía







Alexandra Domínguez, Concepción, Chile. Estudia en  colegio Inglés St Johns y luego en el Liceo Francés Charles de Gaulle de su ciudad  Realiza estudios de universitarios de periodismo y Bellas Artes en Madrid y Barcelona. Obtiene la licenciatura de Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Como artista visual ha realizado numerosas exposiciones de pintura y obra gráfica tanto en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. El año 1989 obtiene en Chile el Premio Nacional Salón sur de Pintura por su obra titulada "El mar de la utopía". El año 2000 obtiene el "XX Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez por su libro La conquista del aire publicado por la Colección Juan Ramón Jiménez de Poesía. El 2006 le otorgan el "XIV Premio de Poesía Rincón de la Victoria" por el libro Poemas para llevar en el bolsillo, publicado por la editorial Renacimiento. Ese mismo año realiza una exposición individual en el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. El año 2008 sus dos libros de poesía fueron publicados por la editorial Cuarto Propio de Santiago de Chile, que obtiene el 2009 una mención honrosa en el Premio Municipal de Literatura de la Municipalidad de Santiago de Chile. Vive en Madrid.