ME GUSTA DECIR
Me gusta decir bajo mi almohada, me gusta
decir lluvia y cerezos.
Me gusta el grillo que canta en la
estantería junto al hombre que fue jueves.
Me gustan las jaulas vacías que nunca
hospedaron la obligación de Dickens por las palabras.
Me gustan los estuches de violín donde
duermen las manos dóciles.
Me gusta encontrarte entre las sábanas como
si fueras un continente desconocido.
Me gustan los pasillos de la memoria por los que regreso a mi casa y
allí está mi padre distraído por la iluminación definitiva de los
pensamientos. Me gusta haber
vivido después de gente como él.
Me gusta decir que todo lo importante lo
escuche de seres inexistentes cuya única virtud fue ser una alacena con
alimentos para la melancolía.
Me gustaría seguir hablando como habla el
hermano del sueño detrás de las puertas.
Me gustaría.
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