“Trabajadores de mi Patria : quiero
agradecerles la lealtad que
siempre tuvieron , la confianza que depositaron en un hombre que solo fue
intérprete de grandes anhelos de
justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y
así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a
ustedes, quiero que aprovechen la lección : el capital foráneo, el
imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas
rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara
el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus
casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo
sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo ,sobre todo, a la modesta mujer de nuestra
tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la
madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los
profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando
contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de
clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos
pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y
entregaron su alegría y su espíritu de lucha .Me dirijo al hombre de Chile, al
obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos porque
en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente ;en los
atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes
tenían la obligación de proceder . Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el
metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán
oyendo. Siempre junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre
digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse . El
pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su
destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la
traición pretende imponerse . Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que
tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre,
para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los
trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de
que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será
una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”
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