Anabasis
BALADA DEL BANDOLERO
No es fácil
encontrarse con un hombre que sea como Búfalo Bill
pero que no sea
Búfalo Bill.
Que sea el hombre más
fuerte de todo el estado de Michigan
pero que no viva en
Michigan.
Que sea el más
veloz de los vaqueros desenfundando su revólver
pero que no tenga
balas en el revólver.
Que venga
cabalgando desde las praderas y no tenga caballo,
entre en una
cantina y no tenga sed,
pero que tenga
piedad si alguien desenfunda
sin más derecho
que el de caer fulminado.
Ciertamente no es
fácil conocer a un hombre que sea como Búfalo Bill
pero que no sea
Búfalo Bill.
Que sea respetado
por los jefes sioux
como aún se
respeta en las montañas al águila blanca.
Que sea el más
hermoso de los amantes de todo el estado de Michigan,
desde Minessota a
Nuevo México,
desde la hebilla
de plata de su pantalón
a las Montañas
Rocosas de los predicadores del estado de Utah.
Quiero decir que
no es fácil enamorarse de un hombre
que persiga
cuatreros,
que no es fácil
acostarse con él y dormir en sus brazos
y soñar con
bisontes,
que tenga una
mirada salvaje
pero no sea un
salvaje.
Un hombre en los
alrededores de Búfalo Bill
que no sea un
viejo chacal olvidado bajo la placa de un sheriff,
que asalte
almacenes
y compre flores
los sábados con dinero robado.
Un hombre que
llame a la derrota derrota
y al fracaso le
llame fracaso.
Quiero decir, eso
quiero decir, que no es fácil.
Alexandra Domínguez
Del libro La conquista del aire
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