martes, 31 de marzo de 2020
Por poner un ejemplo.Poema Alexandra Domínguez
POR PONER UN EJEMPLO
Sin duda alguna Gonzalo Rojas debería figurar en la
Antología de Spoon River.
De alguna manera Edgar Lee Masters
le dejó una sitio entre Robert Davidson y Elsa Wertman.
Ahora que lo observo allí arriba, pequeño patriarca de lo
máximo,
hablándole a los Borbones como si les hablara a los
mineros de Orito,
enseñándoles burlón las sílabas de lo incomprensible, esa
cosa de la poesía
que se mete en el cerebro como escarabajo de oro
en la comodidad de la tumba horrorosa, ahora
que el desconocido lagarto secreto y renegado y olvidadizo
de los otros grandes
pequeños como él, el Enrique Lihn atándose a la mano
el lápiz moribundo,
dónde andará el Ángel Jorge Gorrion Teillier, y el
Rosamel del Valle
que tenía nombre de muchacha de la zona de los lagos,
y Pablo de Rokha abriéndose el cráneo con la aguja
finísima del escopetón,
en fin, ahora que veo a Gonzalo allá arriba, o allá abajo,
y pienso en la otra conjetura de la conjetura,
que cuando venía a casa y la cabeza etrusca cerraba los
cuatro ojos
de guerrera ciega o vigilante en el transmundo,
y Rojas Gonzalo respiraba deprisa como los asmáticos
robados por el amor,
y se abría la consulta celeste sobre el futuro que no se cumplió,
porque no vamos a creer ahora en la eternidad, esa viejuca
con chanclas,
ni en la consagración si uno no tiene una lápida en Spoon
River,
entre Robert Davidson y Elsa Wertman por pone un
ejemplo.
Alexandra Domínguez
del libro Poemas para llevar en el bolsillo
viernes, 27 de marzo de 2020
Berlín poema de Juan Carlos Mestre
BERLÍN
Año tras año, cada domingo, hacia mediados de enero
la dialéctica de la espontaneidad se reúne en Berlín con Rosa
Luxemburgo.
Acuden los líderes de los pantanos, cantan el himno de los arillos
en la orejas.Han venido los pájaros de Walter Benjamin
a ser definitivamente entendidos este domingo de mediados
de enero.
Gloria a los escarnecidos, gloria a los elevados por las madres
que sostuvieron el sencillo universo de la lucha de clases.
Rosa Luxemburgo, vestido de negro y subida a un cajón de madera
habla con vehemencia al cordero y al lobo : No más créditos
a la guerra,
no más hechicerías de patria al evangelio de los desesperados.
Año tras año, cada domingo, ángeles envejecidos caídos
del infierno
Custodian a los inválidos y a los niños de las negaciones.
Han echado arenques envenenados en el asilo, el orden reina
en Berlín.
¿Queda abolida la pena de muerte?
Dicen que hay cadáveres que hablan más alto que las trompetas.
Y los patinadores recogen su cerebro despedazado por un culatazo.
Juan Carlos Mestre del libro La bicicleta del panadero
viernes, 20 de marzo de 2020
Poema de Rafael Pérez Estrada
LAGO
Un haiku en su brevedad dispone el ánimo a la melancolía.
Basta con ordenar muy pocos elementos : ánades, plantas acuáticas
y un ave migratoria; y dejar que el testigo vuele con su imaginación
al ritmo cerrado del poema.
Rafael Pérez Estrada del Libro Poesía (1985-2000)
Editorial Renacimiento
Rafael Pérez Estrada (Málaga, 1934-2000) es autor de una amplia y sorprendente obra literaria como plástica. Su mundo creativo está presidido por el valor que el mismo daba a la imaginación :"Asomarse a su literatura es vivir una tensión insólita, porque nada tiene que ver con la realidad, si acaso con la fantasía más desbordada". (Manuel Alvar).
Francisco Ruiz Noguera
martes, 3 de marzo de 2020
El señor Rot
EL SEÑOR ROT
La gente que tiene casa suele barrer las hojas del jardín
de su casa.
El señor Rot barre todas las mañanas las hojas del jardín de su casa.
La casa del señor Rot está pintada de blanco y tiene un
magnolio a la entrada.
El señor Rot salud a los vecinos,
saluda efusivamente al repartidor de periódicos,
saluda al lechero y al vendedor de camarones de tierra.
Podría decirse que el señor Rot es un saludador profesional
que barre las hojas del jardín de su casa.
Nadie hay en el barrio más experto en asuntos del saludo
que el buen vecino Rot, barrendero de hojas del jardín
de su casa.
Un buen vecino es alguien que te trae por diciembre
galletas de pascua
y durante las vacaciones te recoge la correspondencia.
El señor Rot separa en montoncitos las hojas,
las que están todavía verdes, las que ya se han puesto
amarillas, las rojas.
Buenos días señor Rot, adiós señor Rot, hasta luego señor Rot.
El señor Rot es amable, el señor Rot es el padre de Rit y de
mi amiga Rat.
El señor Rot llegó a esta ciudad a finales del cuarenta y cinco
y desde entonces no ha hecho otra cosa que barrer las hojas
del jardín de su casa.
Barre por la mañana, barre al atardecer, durante la noche barre.
Aparentemente esta es la historia del señor Rot, padre de
Rit y de mi amiga Rat.
Alexandra Domínguez
del libro Poemas para llevar en el bolsillo
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